El TOC, tiene como fundamento esencial la presencia de reacciones de ansiedad y presenta dos componentes fundamentales: Obsesiones, como ideas irracionales, como imágenes invasivas, que la persona interpreta de modo catastrófico y que le provocan gran ansiedad y Compulsiones, como rituales, como reacciones automatizadas, que el sujeto realiza, para evitar las consecuencias negativas que las ideas obsesivas sugieren que le van a acontecer.
Al igual que sucede con las fobias, cada vez que la persona lleva a cabo esos comportamientos, para tratar de evitar la angustia que le provocan esas ideas, no sólo no se está disminuyendo la ansiedad, si no que se está fortaleciendo esas ideas obsesivas, hasta el punto de que pueden llegar a dificultar su adaptación a la vida cotidiana.
Dependiendo de la intensidad y frecuencia de las ideas obsesivas y de los rituales de acción, es uno de los trastornos que más pueden incapacitar a la persona, con sentimientos de vergüenza y temor a ser visto como un desequilibrado.
Los tratamientos terapéuticos se centran en dos líneas de actuación: disminución de la frecuencia de las conductas compulsivas y afrontamiento sobre la irracionalidad de esas ideas obsesivas, confrontándolas con la realidad. Las conductas más frecuentes están referidas a ideas de limpieza y orden, falta de control de la conducta, ideas de contaminación física o condenación divina, ideas sobre comprobación reiterada de acciones, miedo a perder el control de la mente, etc.